Miguel de Pablo y Borja Jiménez cortan una oreja en Colmenar Viejo

Crónica 


PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

Colmenar Viejo celebraba este domingo 27 la segunda de su Feria de Los Remedios, una corrida de toros en la que Miguel de Pablo, Borja Jiménez y Ángel Sánchez, que se midieron a las ganaderías de Peñajara de Casta Jijona y San Martín. Un desafío ganadero en el que los astados no se dejaron ver ni permitieron el triunfo. Los de San Martín no embistieron y los de Peñajara fueron teclosos y exigentes. Miguel de Pablo y Borja Jiménez pasearon una oreja de los dos primeros de la tarde, toreando con intensidad en el tira y afloja por buscar las opciones. Jiménez dejó notas de calidad en la faena del primero de su lote. Ángel Sánchez mató con acierto a los de su lote, pero no tuvo faenas completas en la que expresarse.

Miguel de Pablo abría la tarde con un astado de Peñajara al que lanceó por verónicas, ganándole terrenos hasta sacarlo del tercio. Se cumplió en varas y banderillas, dando paso a la faena de muleta, la cual inició junto a las tablas, pasándolo por ambos pitones, sacándolo rápido. Se decidió por el pitón derecho, con un toque delantero al morrillo de mano baja con el que lo encauzaba. El animal. Había que llevarlo con suavidad, mantener el sitio, la distancia con un animal de medio arreón que se lo podía llevar por delante. Le soltaba la cara, descomponiéndose ante la brusquedad. Volvió y siguió con la mano derecha, acortando las distancias, rectificando. Por el izquierdo no encontró la armonía, embestía a un ritmo y de Pablo le marcaba otro. Retomó la mano derecha, dejando destellos de calidad, llevándolo con suavidad y decidiendo acortar la faena. Tuvo acierto en la estocada.

Borja se estiró con el segundo de la tarde, lanceándolo hasta sacarlo. Tras un buen tercio de banderillas, muy ajustado por cierto, el diestro salió a brindar a los medios. Los primeros compases se desarrollaron a pies juntos, cambiando pases por alto y por bajo, sacándolo rápidamente de tablas, antes de que le ganara la partida. Fuera del tercio le fue adelantando la mano derecha, echándole los vuelos, cruzándose, para citarlo y meterlo. Lo buscó a pitón contrario y después lo ligó uno a uno. Sin prisa, pero sin pausa. El toro pasaba frenándose, definiendo las tandas entre miradas al cuerpo del torero. Cambió de pitón, con despaciosidad, sin dejar de cruzarse, sin adelantarse en el cite, echándoselo a la cara, tocándolo para pasarlo y después aguantarlo, quedándose muy quieto mientras componía el siguiente muletazo, arrastrando la muleta por el albero hasta adelantársela. Cerró con el toreo a pies juntos para después cuadrarlo y pasaportarlo con una estocada fulminante.

Saltó al ruedo el tercero de la tarde y Ángel Sánchez lo saludó en un recibo bregado en el que se pudo estirar momentáneamente. Juan Carlos Rey y Prestel fueron ovacionados al concluir el tercio de banderillas. Ángel eligió el trasteo por ambos pitones para saludarlo en la franela, aunque con cierta incertidumbre, ante un toro que se le vino vencido hasta en dos ocasiones. Por el izquierdo se venía encima. Tomó el engaño con la mano derecha y empezó a torearlo, pasándolo mientras trataba de mantener el ritmo, llevándolo muy tapadito. Topaba contra la tela, descomponiéndose y haciendo mucho más violenta la embestida. Lo pasó y le robó alguna que otra embestida, pero sin que se entendieran. Mató con acierto.

El de San Martín y Miguel de Pablo marcaron el ecuador del festejo con un saludo capotero en el que el diestro lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas. Después de que hubiera más palos en el suelo que en el toro, se cambió el tercio. Miguel brindó y se fue al encuentro del animal, sacándolo de tablas, tanteándolo hasta definirse por el pitón derecho, dándole sitio. Muy despacio le adelantó la mano hasta llevársela al morrillo y enganchar las embestidas. Cambió al natural, con un trazo abierto en el que le dio salida. El de San Martín se le venía por dentro, por lo que trató de separárselo del cuerpo todo lo que pudo aprovechando los vuelos. Volvió al derecho, como pudo, pero no había contenido que mostrar, solo el peligro sordo y la insistencia. No tuvo acierto con la espada.

Borja Jiménez bregó al segundo de su lote, tirando del animal, llevándolo metido hasta sacarlo a los medios. El toro se mostró ajeno a las demandas del diestro en los primeros compases de la faena. No pasaba, topaba, sin ritmo, sin entregarse. Borja lo intentó y probó, pero no había nada donde rascar, se movía a base de arreones, eso sí se movía. Cambió la ayuda por la espada y se la metió como pudo.

El sexto fue devuelto a corrales después de que el presidente otorgara, atendiendo a la demanda del respetable. Salió el primer sobrero de la tarde, un toro también de San Martín al que Ángel Sánchez bregó, dejando alguna que otra verónica. Se alcanzó el último tercio y el diestro lo tanteó por abajo, brevemente, para continuar sobre el pitón derecho, pero sin hacerse con el. El de San Martín era un toro con teclas, pero después de pasarlo varias veces, sin acople ni uniformidad, fue a por la espada y lo pasaportó con una buena estocada.

Colmenar Viejo. Toros de Peñajara de Casta Jijona y San Martín. Los de San Martín no embistieron y los de Peñajara fueron teclosos y exigentes. Un tercio de entrada.
Miguel de Pablo, oreja y ovación; Borja Jiménez, oreja y silencio; Ángel Sánchez, silencio y silencio.


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