Tomás Bastos corta una oreja en Colmenar Viejo

Crónica 


PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

Colmenar Viejo cerraba su Feria de Los Remedios con una novillada sin caballos en la que los espadas Alberto Donaire, Joel Ramírez y Tomás Bastos se midieron a los erales de El Álamo. El encierro presentó movilidad, dejándose llevar bajo las directrices de los novilleros, que aprovecharon, exprimiendo al máximo a los de su lote. Sería el quinto el peor de la tarde respecto al resto y el sexto el mejor. Fueron los aceros los que impidieron mayores triunfos, a excepción de la suerte suprema con este quinto. Tomás Bastos fue el nombre propio de la tarde, tras cortar una oreja en su primero y dejar una gran faena al sexto, con el que la espada falló.

Alberto Donaire abrió la tarde, saludando al abreplaza, con lucimiento y expresión en el capote. Inició la faena de muleta por abajo, obligándolo, para después tener que ir a por el y tirar para sacarlo a los medios. Allí, lo llevó sobre el pitón derecho, con suavidad, tocándolo arriba para después bajarle la mano paulatinamente. Sin embargo, el animal no terminaba de pasar, no culminaba el muletazo. También lo mostró por el izquierdo, pero se metía por dentro, embistiendo mas recto, por lo que no tardaría en recuperar la mano derecha. En un nuevo intento por el izquierdo terminó por prenderlo, volvió pero para cerrar la faena y pasaportarlo, pero antes lo volvió a voltear, esta vez al pasarlo por el derecho. Intentó matarlo a recibir, con un toro que ya se había arrancado, y resultó feamente prendido. Al segundo intento metió la mano.

Joel Ramírez lo recibió con una larga cambiada de rodillas, después el animal saldría suelto y tardaría en encelarlo en la tela. Eligió el tanteo por abajo para iniciar la faena. Siguió sobre la mano derecha, en una primera tanda comedida que precedieron al temple y la despaciosidad, buscando el sitio para después dibujar un trazo curvilineo y envolvérselo a la cintura. Al natural empezó algo más atropellado, pero no tardaría en cogerle el aire, dejando más de una tanda sobre aquel pitón. Retomó la mano derecha, pero tuvo que perderle pasos y volver a encontrar el acople, bajándole la mano, con pausas entre muletazos para recuperar y recomponer, sin asfixiar la embestida. Cerró por manoletinas, que acompañan una estocada defectuosa.

Salió el tercero de la tarde, al que Tomás Bastos, que sustituía a Martín Morilla, saludó con variedad y lucimiento en el capote. Sería el propio Bastos quien se encargará de banderillear al eral, dejando un tercio muy ovacionado. Lo recibió en la muleta desde los medios de rodillas y sin probaturas. Continuó sobre el pitón derecho, asentándose con el y llevándolo en largo, tocando y deslizando con un animal que se desplazaba. Estuvo firme, a pesar de que las salidas fueran ligeramente más irregulares. Al natural, lo abrió, dándole amplitud con los vuelos y el giro de muñeca. Volvió al pitón derecho, bajándole la mano. Siguió alternando pitones, limpiando los muletazos, encajándose con el y aguantando, apurando los límites de la faena.  Culminó por bernadinas y una estocada que hizo guardia.

Alberto Donaire dejó un saludo breve y comedido, pero de expresión. Probó por ambos pitones en los primeros compases del último tercio, en los que le fue ganando terrenos. Se dispuso sobre el pitón derecho, queriendo romper por abajo, toreando muy encajado de riñones con un eral al que había que sujetar.  Se echó la muleta a la mano izquierda, sin terminar de acoplarse con el segundo de su lote. Marcó el recorrido con la ayuda, pero sin alcanzar a limpiar los pases. Terminó cerca de la puerta de toriles, donde tuvo que pasaportarlo sin acierto.

Salía el cuarto y Joel Ramírez lo llevó en un saludo bregado despacio, pero sin llegar a estirarse. Lo pasó por ambos pitones en el inicio de faena, sacándolo de tablas rápidamente para ponerse a torear con la mano derecha. Le impuso la mano baja, envolviéndolo alrededor de su cintura. Lo tocó con firmeza, fijándolo, adelantándole los vuelos de la franela para engancharlo y llevarlo metido. Sin embargo, la continuidad la consiguió en el uno a uno. Cambió al pitón izquierdo, dando mayor amplitud a la embestida de un novillo que salía con la cara alta, tocando la tela, algo que el espada trató de evitar. La faena estaba hecha y el novillo ya lo había marcado, aún así quiso darle una serie más por el izquierdo. Otro rral que terminaba en la puerta de toriles. Metió la mano con habilidad.

Cerraba la tarde Tomás Bastos, que lo recibió en la seda, no sin antes tener que ir a buscarlo. Volvió a dejar los palos, en los que la disposición no le faltó. Tuvo un inicio de faena muy bien llevado, en el que le fue ganando terreno hasta dejarlo en el tercio, donde siguió al natural, totalmente asentado, con el toreo en redondo. Toreando con la muleta muy plana, aprovechando la amplitud de los vuelos, dando cuerpo al último tercio. Cambió a la mano derecha, con un novillo pronto, que tenía buena entrada al muletazo. Dejó una faena delicada en la que gustó y se gustó delante del animal, muy en torero.  El novillo se lo permitió todo, embistiendo por ambos pitones. Cerró con una estocada en la que deslució su actuación. Entrando a matar en varias ocasiones. Doblaría con el golpe de cruceta.

Ficha del festejo:

Colmenar Viejo.  Novillos de El Álamo que presentaron movilidad, dejándose llevar bajo las directrices de los novilleros, que aprovecharon, exprimiendo al máximo a los de su lote. Sería el quinto el peor de la tarde respecto al resto y el sexto el mejor. para Alberto Donaire, ovación y silencio tras aviso; Joel Ramírez, ovación y silencio; Tomás Bastos, oreja y  palmas tras aviso.

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