Alejandro Chicharro se alza con el Circuito de Novilladas de Madrid
Crónica
MAR MUÑOZ
En Valdetorres del Jarama se celebraba la final del Circuito de Novilladas de la Comunidad de Madrid. El cartel estaba compuesto por Alejandro Chicharro y Pepe Luis Cirugeda que se enfrentaron a los de San Isidro, Los Eulogios y Fernando Guzmán, novillos de juego variable y teclas que tocar a excepción de los dos primeros de San Isidro bueno el primero y excelente el segundo. Alejandro cortó dos orejas al primero de su lote y una al cuarto y sexto. Pepe cortó una oreja al tercero y otra al quinto, con el primero la espada le pasó factura. Finalmente Alejandro Chicharro se proclamó vencedor del Circuito.
A puerta gayola se fue Cirugeda para recibir a “Faenero”. Entró en el percal al compás de una larga una afarolada. El de San Isidro repetía en el percal y el novillero se pudo estirar con el. Le pasó por el caballo y en el tercio de banderillas destacó Adalid, que recibió una sonora ovación. Tras un brindis particular, inició la faena de muleta en los medios, de rodillas, toreando sin probaturas. El astado tenía buena condición, seguía el engaño, así que se la dejó puesta y tiró, logrando ahormar y lucir las tandas. Cambió al natural al ritmo de la música. Si embargo, por aquel pitón izquierdo, tenía obediencia pero sin motor. Rápidamente, retomó las tandas por el derecho, logrando una tanda en redondo que caló hondo en los tendidos. Ligó un muletazo tras otro con un noble animal de San Isidro. Buscó redondear la faena antes de cambiar la ayuda por la espada, así que en rodillas dejó el epílogo, que siguió con pases al natural. Le falló la espada y lo pasaportó con el golpe de cruceta.
Salía al ruedo Alejandro Chicharro, que saludó al segundo de la tarde por verónicas a pies juntos. El novillo, también de San Isidro mostró fijeza y repetición por lo que lo aprovechó el madrileño para lucirse. Quiso sacar variedad en el capote y lo llevó hasta el caballo con chicuelinas al paso. Se marcó el inicio del tercio de banderillas una vez concluido el quite ejecutado por gaoneras. Brindó desde los medios con la muleta plegada, para después elegir el pitón izquierdo para marcar los primeros compases del último tercio. Continuó al natural, ligando un pase tras otro ante un novillo que de dejó hacer, voluntarioso y de condiciones muy buenas. Quiso llevarlo en las distancias largas, pero acabó acortando las distancias, llevándolo en redondo. Siguió exprimiendo este pitón, no sin antes dejar una breve transición por luquesinas muy en el sitio, muy en torero. Llegó el momento de mostrarlo por el pitón derecho, pitón por el que logró ligar una tanda en redondo y muy aplaudida. Sin mucho más que añadir se fue a los medios, dejándose la muleta a la espalda, para después ajustarse unas bernadinas sin ayuda. En la suerte suprema dejó una estovada entera muy efectiva.
"Farolero", un novillo de Los Eulogios se recorrió la plaza antes de adentrarse en los vuelos del capote de Pepe Luis Cirugeda. A penas pudo estirarse con el astado, dejando alguna pincelada con alguna que otra verónica mientras le ganaba terreno para sacarlo del tercio. En este caso, el sobresaliente era el novillero Carlos Enrique Carmona, que dejó un quite muy lucido y destacado. Se alcanzó la faena de muleta y eligió iniciarla por estatuarios, citándolo de lejos, pero al novillo le costaba atender a aquellas primeras demandas, por lo que Cirugeda optó por recortar las distancias. Terminó pasándolo por ambos pitones para después definir las primeras tandas sobre la mano derecha. No fue fácil el de Los Eulogios, tenías muchos matices en los que entretenerse, así que tuvo que insistir, pasándolo de uno en uno, sin trasmisión alguna. El animal se había apagado e incluso, cuando se le pedía de más arremetía. En una de las ocasiones lo prendió sin aparentes consecuencias, pero cada vez medía más, muy reservón en la tela. A pesar de recomponerse y tratar de volver a reunir la faena, el de su lote ya no tenía nada bueno por mostrar, con una embestida descompuesta y poco definida. Cirugeda aguantó haciendo que el animal se tragara los pases en redondo. Lo cuadró y mató de una única estocada.
A "Cazapalos", también de Los Eulogios, lo saludó Alejandro Chicharro, que lo enceló en el capote, con un saludo que inició genuflexo para después seguir pasándolo por verónicas muy bajas hasta cerrarlo con una media. El quite llegaría por delantales, dando paso así al tercio de banderillas, un tercio bien ejecutado y ovacionado, teniendo que salir a saludar Tito y Pirela. El diestro brindó a su compañero Cirugeda, para después empezar a pasarlo por ambos pitones, sacándolo a los medios. Sería al natural cuando empezara la ligazón, con los vuelos y despaciosidad, llevándolo hasta final, abrochando la tanda con el de pecho. Sin embargo, el animal que carecía de fuerza y cada vez se paraba más, por lo que Alejandro se lo ciñó, cruzándose en las distancias cortas, dejando algún que otro molinete y desplante. Culminó entre adornos al natural, para después matar a la primera.
Cirugeda volvía a salir a por todas, recibiendo al quinto de la tarde con una larga cambiada de rodillas, para después estirarse por verónicas y sacarlo a los medios. El primero de Fernando Guzmán en la tarde, un novillo de nombre "Lisito", permitió el lucimiento, incluso a Carmona que pudo hacer un quite. Ya en el último tercio intentaba seguir ligando muletazos, pero el novillo era un tanto parado y pasaba como si nada, sin humillar, aunque era obediente, siguiendo el engaño. Poco a poco lo fue llevando a media altura, logrando ligar los pases, pero cada vez humillaba menos, se paseaba por la tela. Cirugeda lo intentó todo, pero ya estaba todo hecho. Volvió a fallar con la espada.
Cerraba la tarde "Tomillito", un novillo de Fernando Guzmán al que recibió Alejandro Chicharro. Primero lo bregó y después pudo estirarse con el animal a base de verónicas, ganándole terreno. El tercio de banderillas emocionó al público, con los pares de Tito y Juan Carlos Rey. Ya en la faena de muleta, el espada se decidió por iniciar los primeros compases desde los medios, citándolo en la larga distancia. Aprovechó la inercia y, sin probaturas, ligó. Sin embargo, estuvo a punto de prenderlo, por lo que tuvo que volver a recomponer aquel inicio de faena. Solo que ahora empezó a torearlo sobre el pitón derecho, un pitón por el que se debía tener cuidado, iba a media altura, siendo algo incierto. Al natural, el de Fernando Guzmán pasaba, pero sacando la cara alta y quedándose encima, por lo que tenía que perderle pasos para después insistirle con la tela en el morrillo para que entrara. a vez dentro seguía el engaño, pero a base de teclas. Mató con acierto y determinación.
Valdetorres de Jarama. Novillos de Los Eulogios, San Isidro y Fernando Guzmán para Pepe Luis Cirugeda, aplausos, oreja y oreja; Alejandro Chicharro, dos orejas, oreja y oreja.
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