Olga Casado corta una oreja en Chinchón
Reseña
PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
Chinchón celebró una clase práctica con motivo del día de Santiago Apóstol. Los alumnos Cristian Restrepo, Jaime Torija, César Yuste, Ismael Guirao, Javier Cuartero y Olga Casado se midieron a los de Hermanas Ortega. Unos becerros que dieron juego y durabilidad en la tela, atendiendo con movilidad y repetición en la muleta, aunque aprendiendo en los compases finales. También teclosos en cuanto al sitio y las distancias.
Restrepo se encontró con un astado de movilidad, repetidor, obediente y noble. Lo saludó con una larga cambiada de rodillas y después se estiró a la verónica. En la muleta tiró con suavidad del animal, alternando pitones, pero siempre dejándosela muy puesta. Suavizó y paró el ritmo, un becerro pegajoso con el que falló con la espada. Palmas tras aviso.
Torija recibió a portagayola al segundo de la noche, siguiendo de rodillas y estirándose por verónicas. Tuvo un astado más tecloso, que repetía y se movía, pero que miraba y se metía por dentro por el derecho. Era incierto y el espada dejó pinceladas sin un acople total, pero con entrega y un buen cierre de rodillas. Mató con el golpe de cruceta. Tras aviso.
Yuste saludo comedido en el que trató estirarse. Inició la faena de rodillas, para seguir con temple y despaciosidad. El animal le exigió en las alturas y el sitio, teniendo que tocarlo con fimerza para que pasara, ya que se lo pensaba algo más, fue aprendiendo. Vuelta al ruedo.
Guirao saludó al cuarto de la tarde. Inició la faena por estutuarios, para después seguirlo uno a uno, mayoritariamente por el pitón derecho. Al natural se vencía y era más incierto. No encontró la continuidad, le acababa comiendo el terreno. Falló con los aceros.
Cuartero frenó al quinto, un astado pegajoso, que perdía las manos con facilidad. En la muleta, tocó y tiró, pero se le quedaba muy encima, por lo que tenía que rectificar y volver a empezar. Se le metió por el pitón izquierdo, así que volvió al derecho, cambiando los terrenos y marcándolo. Palmas Tras dos avisos
Cerró la tarde Olga Casado que se lució en el saludo capotero, siendo ovacionada. Al animal había que mantele la distancia, en cuanto se emborrachaba de tela se descomponía. Acometía con ritmo y fijeza, algo que Olga dosifico en busca de la durabilidad. A partir del segundo nuletazo se le quedaba muy encima, por lo que tuvo que parar, recomponer y buscar el sitio. Había que perderle pasos. La prendió en diversas ocasiones. Oreja
Comentarios
Publicar un comentario