Destaca Cristiano Torres en la novillada de Pamplona

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GUARISMO DEL OCHO / FOTO EMILIO MÉNDEZ


Pamplona arrancaba sus festejos taurinos con una novillada en la que los espadas Christian Parejo, Marcos Linares y Cristiano Torres se midieron a los de Pincha. Los novillos fueron variados en su comportamiento, muy exigentes, aunque con una presentación bastante pareja y seria. Destacó el segundo, lidiado por Marcos Linares, que era el primero de su lote. El animal tuvo calidad y entrega en la muleta. 

Christian Parejo dejó matices de categoría y vuelos en Pamplona. Un novillero con poso que hizo todo lo que estaba a su alcance, pero al que no le respondieron en contenido los de su lote. Abrió el festejo con un novillo que poco a poco se fue viniendo a menos y que apagó todas las posibilidades al espada. Con el cuarto, se mantuvo en su lugar, pero era una faena de querer más que de poder, estando por encima del serio de Pincha. Lo tuvo que apurar en las distancias cortas.

Por su parte, Marcos Linares toreó con aquellos matices a los que tanto nos tiene acostumbrados. Encontró expresión con el segundo de la tarde, un novillo que se movió y prestó en el engaño, embistiendo por abajo, manteniéndose fijo en la muleta. Aprovechó Marcos para dejar su sello en el toreo en redondo. De no haber sido por la demora del astado en doblar, hubiera tocado pelo, pero los tendidos se enfriaron y todo quedó en una ovación. Nada tuvo que ver el quinto, desrazado y desfondado, con el que le puso muchas ganas, pero sin nada que poder exprimirle. 

En la tarde, destacó Cristiano Torres, que derrochó un valor seco y poder que lo llevaron a pasear la única oreja de la tarde ante el segundo de su lote. Algún trofeo más pudo haber paseado de no haber sido por la espada. Sin embargo, el joven novillero también saboreó el percance, puesto que fue prendido en varias ocasiones, afortunadamente sin aparentes consecuencias. Los novillos le exigieron, sobre todo el tercero de la tarde, con el que supo ahormar una faena en la que reinaba la incertidumbre en la tela, las embestidas eran inciertas, a pesar de la movilidad. Sería la suerte suprema la que esfumara las opciones de triunfo.  Los percances llegarían con el segundo de su lote, con el que se puso muy de verdad, todo corazón en el ruedo. Se impuso a base de temple y muñecas, con poder y soberbia ante un astado que también le pidió el carné, pero que se pasó por donde quiso.

Ficha del festejo:

Pamplona. Novillos de Pincha para Christian Parejo, palmas y ovación tras aviso; Marcos Linares, ovación y silencio tras aviso; Cristiano Torres, ovación y oreja. 

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