Chicharro, Puerta Grande en Vistalegre

Crónica 


PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

El Certamen KM 0 ha arrancado este viernes en la plaza de toros de Vistalegre. Los novilleros Pepe Luis Cirugeda, Sergio Sánchez, Alejandro Chicharro, Samuel Navalón, Pepe Burdiel y Juan Saavedra se midieron a los erales de Villanueva y Caras Blancas. El encierro dejó opciones y variedad, ofreciendo movilidad y entrega, destacando el primero, el tercero y el cuarto de la tarde. Hubo pinceladas, cada espada dejó su esencia en el ruedo. Se apreció un gran toreo al natural de la izquierda de Cirugeda, valor y mucha técnica de Chicharro, temple y pureza de Navalón, empeño de Pepe Burdiel, pinceladas de la izquierda de Saavedra.

Abrió la tarde Pepe Luis Cirugeda con un eral de la ganadería de Villanueva, al que recibió de rodillas, hasta levantarse para llevarlo con suavidad, totalmente metido en el capote. Tras el tercio de banderillas salió a los medios para brindar al público. Allí, decidió ponerse de rodillas e iniciar la faena, citándolo en la larga distancia, para después aprovechar la larga inercia. Lo dejó pasar y sobre el pitón derecho empezó una tanda que estuvo marcada por la prontitud y la obediencia. Cirugeda le bajó la mano y el astado atendió humillando. Siguió con el toreo al natural, citándolo con suavidad, dejándole los vuelos en la cara. El trazo fue largo, limpio y por abajo, aprovechando la ligazón del de Villanueva, así como su fijeza. Retomó el pitón derecho, dándole el pecho, toreando de verdad, en una de las mejores series de la faena. El animal le brindó su entrega en la tela y el espada lo supo aprovechar. En los últimos compases, se metió demasiado encima y algún que otro derrote le soltó, de hecho llegó a prenderle sin consecuencias. Ya, más cerca de las tablas, fue dejando las últimas pinceladas, con unos últimos pases de rodillas. Falló con la espada, pero le valió una oreja. 

Sergio Sánchez se fue a la puerta de chiqueros para recibir al segundo novillo de la tarde, un eral de Villanueva, al que saludó con una larga cambiada de espaldas a toriles. Siguió con el capote, ahora de rodillas junto a las tablas, muy ceñido. Fue un saludo que cautivó a los tendidos. No hubo probaturas, se fue a los medios e inició el último tercio. Siguió con la mano derecha, bajándole la mano, llevándolo hasta el final. Lo dejaba metido en el trazo con el sutil giro de muñeca con el que culminaba los pases. El eral no eran tan voluntarioso como el primero, tenía la embestida ligeramente descompuesta, por lo que soltaba la cara. Cambió de mano y empezó a llevarlo al natural, adelantándole los vuelos, echándoselos al morillo, para después abrirlo y darle mayor amplitud a la embestida. Retomó el pitón derecho, pero cada vez le costaba más atender las directrices del novillero, así que volvió a buscar faena sobre el izquierdo. El eral se iba a menos, sabiendo lo que dejaba atrás y buscando. Mató al segundo intento.

Llegó el turno de Caras Blancas, un eral con la cara completamente blanca que fue ovacionado en su salida. Salió a recibirlo, después de que el animal corriera la plaza, el novillero Chicharro, quien lo acabó metiendo a base de verónicas, llevándoselo a la cadera. Brindó al público y fue al encuentro del animal, aunque respetando la larga distancia, para citarlo a pies juntos, pasándolo por ambos pitones, manteniéndose por estatuarios. Eligió el pitón derecho para continuar, dándole el pecho, para después abrir y alargar la embestida. A Chicharro no le faltó el toque ni la voz al final de cada pase para que el animal regresara a la franela. Cambió al pitón izquierdo, bajándole la mano todo lo que pudo para que el astado le siguiera los vuelos hasta el final y no sé descolgada en mitad del natural. Le dejó tiempo y sitio antes de tomar la muleta con la mano derecha. Siguió por abajo, aunque cada vez más corto, lo que no evitó que Chicharro lo exprimiera. Culminó con desmayo y despaciosidad en unos terrenos comprometidos. Le acabó por voltear. La espada entró al primer intento. 

Samuel Navalón no dudó en su saludó capotero, recibiéndolo con una larga cambiada de rodillas. Le costó fijarlo en el percal, el animal salió suelto ligeramente por el pitón izquierdo, que se desentendió, ya que por el derecho regresaba a la tela. Lo recibió en la muleta a pies juntos, pasándolo por ambos pitones en el inicio de faena. Continuó con temple y desmayo, bajándole la mano, encontrando el compás. Navalón buscaba los terrenos después de cada serie, no dejó ningún hilo suelto en su faena. A pesar de que no bajaba la cara por completo, el animal atendía con prontitud a la tela, dejándose llevar cuando se llevaba muy tapado. Al natural aprovechó para alargar la embestida, dejando que siguiera sus vuelos, pero sin terminar de limpiar el pase. Recuperó el pitón derecho, encajándose con él, encontrado acople en la embestida de clase y noble del de Caras Blancas. El espada mantuvo el temple y la quietud. El astado, mientras tanto, seguía pidiendo tela y Navalón se la dio. Mató con acierto y aseo.

Pepe Burdiel salió para recibir al quinto de la tarde, un astado al que dejaron correr antes de que volviera a la seda del espada. Después se quedó, con él, que logró envolverlo en los vuelos de su capote, ganándole terreno hasta llevarlo a los medios. Tras el tercio de banderillas salió a los medios y brindó al público. Lo probó por ambos pitones, pasándolo, dándole sitio, esperándolo genuflexo. Terminó por desarmarlo, pero volvió a la faena sobre el pitón derecho en una primera tanda ovacionada. Se la dejó muy puesta, citando y tirando del animal para adentrarlo en la franela. Burdiel dosifica los tiempos, dejándole reponer y evitar que se le fuera. Así que fue ligando, siempre por abajo, uno a uno. En el toreo al natural, había que cruzarse, provocándole para que terminará de entrar. El novillo se fue a menos, así que cambió los terrenos, prácticamente metido en tablas, recuperó la mano derecha y logró reestructurar el último tercio. Tuvo que fijarlo con brusquedad, ya que sus salidas eran sueltas, salía distraído. Intentó volver al toreo al natural, pero era luchar contra lo que el animal quería. El novillero siguió en su empeño de hacer faena y alargó hasta volver al pitón derecho, recuperar el uno a uno, con un cite que amortiguaba la embestida y la invitaba a seguir los vuelos. Culminó gon una estocada poco efectiva.

Juan Saavedra y un eral de Caras Blancas cerraban la tarde. El novillero se fue a la puerta de chiqueros para recibirlo a portagayola con una larga cambiada. Siguió y se volvió a echar sobre el albero para dejar otra larga cambiada y otra afarolada. Saludó con una gran variedad capotera. Se fue a los medios y allí esperó a que el eral se fijara en el. Entró en la franela, pero sin la continuidad de la inercia, fue el propio novillero el encargado de dar ritmo a los primeros compases. Continuó, sobre el pitón izquierdo,  buscando las distancias y la altura, intentando encontrar el acople. Le adelantó los vuelos, intentando enganchar la embestida desde el inicio, pero no lograba limpiar el pase en las salidas, ya que salía con la cara alta. Cambió de mano, mostrándolo por el pitón derecho, con una embestida menos armónica y plástica. No tardó en recuperar el toreo al natural, donde pudo abrirlo, mostrándole la salida para después dejar que el vuelo tirara del animal y lo devolviera a la serie. La faena se basó en el pitón izquierdo. Mató con aseo.

Vistalegre. Erales de Caras Blancas y Villanueva para Pepe Luis Cirugeda, oreja;  Sergio Sánchez, ovación; Alejandro Chicharro, dos orejas; Samuel Navalón, oreja; Pepe Burdiel,ovación tras dos avisos; Juan Saavedra, vuelta al ruedo.


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